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No nos roben la ilusión
- Actualizado: octubre 23, 2018

ÓSCAR CRESPILLO/ @ocrespillo
Siempre me gustaron los domingos. Pero no crean que es por ser el “día del Señor”, qué va. Lastimósamente, o afortunadamente, servidor, en los más de veinte años que lleva cotizados en la Seguridad Social, más de dos tercios de esos maravillosos días dominicales tuvo que trabajar. Es lo que tienen los turnos.
Y hablando de turnos, este domingo al Hércules le tocaba turnarse y volver a la senda del triunfo. Es cierto que el equipo no estuvo nada fino, que el gol fue un gran remate del portero rival, que Carlos Martínez está desconocido. Pero da igual: lo que importa es que los tres puntos se quedaron en casa y con ello, el Hércules volvía a ser líder.
Habrá quien asegure que ser primero a estas alturas de campeonato no vale de nada. Miren, no me cuenten milongas: a todos nos gusta vernos ahí arriba. Y aunque solo sea por las posibles taquillas que pueden hacerse, o por llegar al abono de media temporada en ese puesto de privilegio, ya vale la pena.
Sobre el juego del conjunto entrenado por Planagumá, sinceramente, poca diferencia observo entre este partido y otros que se han jugado como local. Si hablamos de méritos, sin duda el Hércules mereció mucho más contra Teruel y Levante. Pero convendremos que mereció mucho menos contra Espanyol B. Y que la diosa fortuna se conjuró con la Santa Faz en Villarreal.
Así pues, no confundamos buenas inercias de resultados, buenos momentos de fútbol, con jugar de maravilla. Esto es Segunda B y de ella se sale luchando, ganando y dejando las exquisiteces para momentos puntuales como la temporada en que nos entrenó Quique Hernández: ese hombre al que cansaron hasta hacerle dimitir como presidente los mismos que siguen sin nombrar a su sustituto. ¿Para qué nombrar a nadie? Las marionetas las manejaba como nadie José Luis Moreno. Eso sí, entonces no estaban en primera línea los ventrílocuos “Ortiz y Ramírez”.
Yo, con que no nos roben la ilusión, hasta puedo prescindir de tener presidente.
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