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El Hércules se autoinmola
- Actualizado: febrero 9, 2020

J. A. SOLER / @jasoler65
Por mucho que la derrota del Hércules en Orihuela se lleve por delante al tercer entrenador de la temporada, los problemas de esta institución casi centenaria no se van a solucionar con el enésimo cambio en el banquillo en la actual temporada.
Y es que Vicente Mir, que no lo ha hecho mal en esa segunda etapa al frente del Hércules, sino lo siguiente, ha estado ni más ni menos que a la misma altura de quién confeccionó esta plantilla, a la misma altura de quién le contrató, a la misma altura que quién le paga, a la misma altura que los futbolistas y, sobre todo, a la misma altura de un club con un tufillo a cadáver que no se lo quitó ni en el pequeño oasis que encontró en Sabadell.
Decía Quique Hernández en las diversas entrevistas que ha concedido desde que accedió a la presidencia del Hércules como apagafuegos que los máximos accionistas de la SAD habían gastado la friolera de 6 millones de euros en el último lustro para intentar salir de Segunda División.
Hay que ser muy incapaz o incompetente destinando semejante burrada para salir finalmente de esta maldita categoría por abajo y no por arriba. Otros, con mucha menos inversión, han llegado a Primera División o se han consolidado en el fútbol profesional pese a ser clubes de ciudades con mucho menos potencial de Alicante.
Como también suena a chiste responsabilizar sibilinamente de todos los males a los que han terminado de gripar el maltrecho motor de un coche que cuando lo llevaron al taller en enero ya estaba sin ruedas, sin volante, sin bujías, sin aceite y sin batería.
Lo peor de todo es que todavía habrá alguien por los despachos del Rico Pérez que se sentirá aliviado al ver que su socio también se la ha pegado. Una muestra más del modelo de gestión que se ha llevado en el Hércules durante los últimos 20 años y que convierte la derrota en Orihuela o la más que probable destitución del técnico en meras anécdotas.
Es lo que tiene llevar tanto tiempo haciendo las cosas mal y bajo sospecha, que las milongas y los conejos de la chistera no cuelan ni entre los más crédulos del herculanismo. Ahora todos, absolutamente todos, saben dónde está el problema del Hércules. Y esa llama ya no la apaga ni el mejor apagafuegos.
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